Curro ojos indelebles
escribió una historia en el escote
y lacónica muerte de rumbo
pintó en su boca un corte
sus pequeños cielos que lamían el mar entristecido
de sal no se quejaban
y querer ya no podían
fue a pasitos cortos
-curro -ojos- indelebles-
confundiendo sal y membrillo
Curro ojos apagados
reveló la melodía
enlazada en las trenzas de una calle
y al cruzar por el asfalto
descubrió de su camisa un canto,
así silbando calló la talla
de morir en la tibieza
de una dama que porfiaba
la macana y la palabra.
Curro salió deprisa
con las manos dibujadas
y esbozó con la mirada
-en un papel de bar nocturno-
la milonga eslabonada
al despertar por la mañana
Curro no volvió
y
la damita perturbada
-partiendo sus enaguas-
hiló congoja risa llanto
antes del suicidio.
4 comentarios:
Siempre escribiendo tan bello vos, eh!
Lo de mi blog, la verdad es que ni recuerdo si te conté, a vos y otra persona, de su existencia.
Tenemos que comunicarnos más.
Beijos, te sigo.
Mi blog sigue a tu blog. Y me picó el bicho de postear algo.
Mi blog te sigue.
Yo te sigo.
Te sigo yo, después de vos.
Buata?
Buataaaaaaaa!
En realidad es bastante fulero este ¿poema?, no? Pero tiene cierta gracia y milonga (en un sentido melódico si no estructural), que me dan ganas de ser alegre ante cualquier avatar de melodrama (a los que ya vengo acostumbrada, vistess?).
A mí no me parece fulero el poema.
Lo de milonga no lo había notada, hasta que lo volví a leer. O puede ser que porque lo mencionaste me parezca que es así. (?)
Tiene mucha gracia leerlo.
En cuanto a las ganas de ser alegre... no lo comparto. Va en un uno, opiamente.
Quién quiere ser alegre?
?
Cómo que no?
Bueno, no voy a convencerte, maldita neurótica, de que finjas ser alegre.
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