martes, 4 de octubre de 2011




Milonga, que fuiste mía
y al cabo, hoy sos la canción
de un tiempo ligero y terco
perdido en tu camisón.

Yo te cebé los matecitos
de ese contraste que te avivó
la piel manchada toda de pecas
en la pensión del Balurdo Amor.

Milonga, no sos un baile,
vos sos el fraude en mi corazón,
Milonga vos sos un fraude,
Milonga, vos sos canción.

Yo que quería que te hagas mía,
te me largaste para el Panteón,
donde no hay dioses, sólo cafiolos
de frac y morbo, que tras
el guiño de un buen vigía
le ponen precio a tu gran valor.

Milonga, por la mentira,
así yo te bauticé,
¡qué importa!
si al tiempo pasado y terco
te meterá la parca fiera
en mi vagón.

No hay comentarios: